- El parque de almacenamiento de energía solar logrará evitar la emisión de más de 65 mil toneladas de CO2 al año. “Estamos hablando de cómo avanzar en la descarbonización y cómo enfrentar uno de los principales desafíos que tiene la humanidad: la crisis climática”, aseguró el Jefe de Estado.
En el marco de su visita en la Región de Antofagasta, el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, encabezó la inauguración de la , BESS Coya, proyecto de ENGIE Chile que almacenará 638 megawatts por hora, evitando así la emisión de más de 65 mil toneladas de CO2 al año.
“Estamos hablando de cómo avanzar en la descarbonización y cómo enfrentar uno de los principales desafíos que tiene la humanidad: la crisis climática”, destacó el Mandatario. “Pese a que somos un país que aporta relativamente poco en la emisión de gases contaminantes, somos uno de los pioneros en varias iniciativas que apuntan en la dirección de enfrentar la crisis climática. El camino hacia un Chile libre de carbón es nuestro compromiso con el planeta y es una tarea que como Gobierno hemos asumido con muchísima convicción”, agregó.
BESS Coya posee el sistema de almacenamiento de energía en base a baterías más grande de América Latina. Contará con 232 contenedores para contener la energía solar y suministrar energía durante 5 horas, una entrega de 200 GWh en promedio al año.
En compañía de la ministra Secretaría General de Gobierno, Camila Vallejo; la ministra de Bienes Nacionales, Marcela Sandoval; el ministro (s) de Energía, Luis Ramos; la delegada presidencial regional, Karen Behrens; el alcalde de María Elena, Óscar Norambuena; y la CEO de ENGIE Group, Catherine MacGregor, entre otros representantes de la empresa, el Jefe de Estado aseguró que la planta fotovoltaica “es una pieza más de nuestra importante infraestructura energética y un testimonio tangible que se puede ver del compromiso de Chile con el futuro energético sostenible y renovable”.
Y agregó: “Celebro la visión, innovación y compromiso por poder transformar el mundo de manera responsable; la colaboración público-privada; la presencia de trabajadores y trabajadoras; la interculturalidad de este espacio y, por cierto, que esta planta sea un faro de esperanza y un recordatorio constante de que cuando trabajamos juntos, un futuro mejor nos aguarda”.