- El proyecto de modificación y optimización de la faena minera Mantoverde, impulsado por Capstone Copper y presentado ante el Sistema de Evaluación Ambiental (SEA), busca reutilizar relaves para extraer cobre y cobalto, destacándose en la transición energética y sostenibilidad del sector.
Capstone Copper presentó ante el Sistema de Evaluación Ambiental (SEA) su proyecto de modificación y optimización de la faena minera Mantoverde, ubicada en la comuna de Chañaral. Este proyecto, que supone una inversión de US$150 millones, tiene como objetivo reutilizar los relaves generados en la planta concentradora de Mantoverde para extraer cobre y cobalto, el llamado “oro azul”. La iniciativa busca aumentar la capacidad de procesamiento de la planta y producir un promedio estimado de 2.000 toneladas anuales de cobalto en la forma de hidróxido de cobalto o cátodos de cobalto. Además, se contempla el transporte de estos concentrados a puertos en Mejillones, en la región de Antofagasta.
Con este panorama, la minería chilena nuevamente enfrenta desafíos y oportunidades en el ámbito de la sostenibilidad y la diversificación económica. Javier Jaiña, Ingeniero civil industrial de la Universidad Arturo Prat (UNAP) y Asesor de Medio Ambiente, Asuntos Corporativos y Gestion de Crisis del Colegio de Ingenieros de Iquique, y Luis Piñones Olivares, bioquímico de la Universidad de Antofagasta y CEO de Pima, ofrecen sus perspectivas sobre la extracción de una nueva fuente energética, esta vez desde los relaves mineros.
Manejo de los relaves
Javier Jaiña destaca la importancia de reducir los relaves para mitigar los impactos ambientales y cumplir con los programas internacionales de sostenibilidad. Con más de 700 relaves en Chile, su manejo adecuado es fundamental para proteger los territorios y las comunidades locales. Jaiña afirma: “Actualmente, es uno de los mayores desafíos que presenta el sector minero, la reducción de los relaves, actualmente alrededor del país existen más de 700 relaves, resulta fundamental para disminuir los posibles efectos negativos en los territorios y responder a los programas de sostenibilidad suscritos a nivel internacional.”
El profesional sugiere que la implementación de estas medidas de sostenibilidad requieren compromiso y monitoreo constante. “Para todo efecto de mitigar posibles impactos ambientales, es fundamental generar buenas prácticas de gestión tanto trabajadores internos como contratistas, el monitoreo constante de la calidad de agua, la restauración de las zonas afectadas, el control de las emisiones y la participación activa de las comunidades en las intervenciones en el territorio”, destaca Jaiña.
El cobalto es un mineral clave para la transición energética global, especialmente en la fabricación de baterías de ion de litio, esenciales para vehículos eléctricos. Jaiña resalta que el aprovechamiento del cobalto en Chile puede transformar la industria minera hacia prácticas más limpias y sostenibles: “Dado que, no basta considerar una licencia social a partir de las propiedades del cobalto por el motivo de un futuro prometedor o las bondades de la biotecnología para reprocesar los relaves, si no es mediante el compartir esta oportunidad con las comunidades para un bienestar social y protegido ambientalmente.”
Este proyecto no solo aumenta la producción de concentrado de cobre, sino que también posiciona a Chile como un líder en la producción de cobalto, un mineral con alta demanda en el mercado global. Jaiña considera que este tipo de proyectos son fundamentales para el desarrollo económico y tecnológico del país: “Esto es una tremenda oportunidad para diversificar la economía local, capacitar capital humano en nuevas tecnologías limpias, reducir los riesgos de extracción y sobre todo si tiene una proyección de alta demanda global en la producción de baterías de litio.”
A pesar de los avances, los proyectos mineros de esta magnitud enfrentan desafíos regulatorios y sociales. La obtención de permisos y la conformidad con las normativas ambientales pueden retrasar la implementación de proyectos. Además, la participación y aceptación de las comunidades locales es crucial para el éxito de estas iniciativas.
Mirada desde la ciencia pura
Luis Piñones Olivares, bioquímico de la Universidad de Antofagasta y CEO de Pima, ve una gran oportunidad en la extracción de cobalto. Los relaves en Chile contienen microorganismos capaces de sobrevivir en condiciones adversas, lo que abre un camino prometedor para la microbiología y la biotecnología. “La presencia de relaves genera una contaminación por muchos metales pesados en el desierto, los microorganismos viven hace años en esos ambientes y se ha demostrado que pueden vivir en condiciones muy adversas como un relave,” señala Piñones.
Esta iniciativa no solo diversifica la economía local al introducir un nuevo mineral al mercado, sino que también permite la capacitación de capital humano en nuevas tecnologías limpias, preparándolos para un futuro con alta demanda global. Piñones comenta: “La oportunidad de que Chile venda cobalto es una gran oportunidad para la microbiología de aportar en este nuevo camino que se inicia en la minera del país.”
A pesar de los beneficios potenciales, la extracción de cobalto de los relaves también presenta riesgos. La presencia de metales pesados en los relaves puede generar contaminación en el desierto y en otras áreas afectadas. Aunque Piñones menciona que los microorganismos pueden vivir en condiciones adversas como un relave, el manejo inadecuado de estos desechos podría exacerbar la contaminación.