- Chile podría convertirse en un líder en la extracción de cobalto a partir de 16.000 millones de toneladas de relaves mineros, gracias a innovaciones en la lixiviación bacterial y la creciente demanda de este mineral en la industria de la electromovilidad.
Un inmenso potencial de Chile como productor de Cobalto, que fácilmente lo podría ubicar en los primeros lugares a nivel mundial, fue lo que destacó Alex Zúñiga Flores, académico de la Unap, Mg en planificación territorial y gestión ambiental y PhD(c) en economía agraria y Recursos Naturales en reciente entrevista con ChileMinero.cl
Zúñiga comenta que “Chile posee 16.000 millones de toneladas de Relaves Mineros, donde cada millón de toneladas podrían significar ingresos para quien las explote de 10 millones de dólares, destacando el inmenso potencial económico y ambiental que posee Chile para la recuperación de cobalto a partir de relaves mineros. Según datoa aportados por Zúñiga, Chile produce cerca de 540 millones de toneladas anuales de material de relave. Este material de descarte contiene valiosos minerales, incluyendo el cobalto, cuya demanda está en constante aumento debido a su uso en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos.
El PhD (c), destaca el incentivo económico que posee la explotación de relaves, puede tomarse como algo positivo en materia mediambiental, dado que esto motiva el desarrollo de tecnologías más sostenibles para la extracción de mineral, como la lixiviación bacterial. Este método utiliza bacterias para procesar los materiales de descarte, reduciendo significativamente el impacto ambiental y haciendo que el proceso sea más sostenible.
“Chile es líder en lixiviación bacterial, una técnica que ha estado en uso durante varias décadas y que es especialmente eficaz para procesar materiales de baja ley o descartes,” explica Zúñiga. “Esto no solo permite recuperar minerales valiosos, sino también mitigar los efectos negativos de los relaves en el medio ambiente.”
El potencial de Chile para escalar en la producción mundial de cobalto es importante. Actualmente, la República Democrática del Congo lidera con 50.000 toneladas anuales, seguida por Indonesia con 10.000 toneladas. Sin embargo, si Chile lograra procesar sus relaves de manera eficiente, podría rápidamente superar a Indonesia y posicionarse como el segundo mayor productor de cobalto del mundo.
Zúñiga señala que este proceso no solo traería beneficios económicos directos, sino que también generaría empleo y promovería la educación y capacitación de mano de obra calificada. Además, el desarrollo de esta industria podría resultar en royalties que beneficien a las comunidades locales, creando un circuito virtuoso de desarrollo económico y social.
Zúñiga también enfatiza la importancia de la electromovilidad en este contexto. “El cobalto es esencial para la mejora de baterías, proporcionando mayor durabilidad y reduciendo el tamaño de las mismas,” comenta. “Con la creciente demanda de vehículos eléctricos, la presión para aumentar la oferta de cobalto es alta, y Chile tiene la oportunidad de satisfacer parte de esa demanda.”
En este sentido, la lixiviación bacterial se presenta como una alternativa innovadora y ambientalmente amigable. En lugar de depender de métodos tradicionales de extracción que pueden ser altamente contaminantes, la utilización de bacterias permite una recuperación más limpia y eficiente del cobalto. Esta tecnología, que ha sido perfeccionada en Chile a lo largo de décadas, no solo aumenta la viabilidad económica de procesar relaves, sino que también minimiza el daño ecológico, convirtiendo un desafío ambiental en una oportunidad de desarrollo.
La implementación de esta tecnología a gran escala podría transformar la industria minera chilena. “La lixiviación bacterial es una forma de dar una segunda vida a los desechos mineros,” afirma Zúñiga. “Esto no solo tiene implicaciones económicas, sino que también puede contribuir a una mejor gestión ambiental y a la reducción de pasivos ambientales.”
Además, la extracción de cobalto a partir de relaves podría tener un impacto positivo en las comunidades cercanas a las operaciones mineras. La generación de empleo, tanto en la fase de extracción como en la de procesamiento y refinación del cobalto, podría revitalizar las economías locales. La necesidad de personal capacitado en biotecnología y en técnicas avanzadas de minería también impulsaría programas educativos y de formación técnica en estas áreas.
El desarrollo de esta industria no solo beneficiaría económicamente a Chile, sino que también contribuiría a su posicionamiento global como un líder en minería sostenible. Con 16.000 millones de toneladas de relaves disponibles para procesar, Chile tiene la capacidad de convertirse en un importante proveedor de cobalto, un mineral clave para la tecnología de baterías y la transición hacia la energía limpia.
“Es una oportunidad única para Chile,” concluye Zúñiga. “Podemos transformar un problema ambiental en una fuente de riqueza y desarrollo sostenible. La clave está en continuar innovando y adoptando tecnologías que nos permitan extraer estos recursos de manera responsable.”