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- Un reciente estudio de la empresa de gestión de personas Teamwork muestra una baja en la participación de trabajadores entre 19 y 28 años en la industria minera. Factores como los turnos de trabajo y la desconexión de la ciudad afectan las decisiones de los jóvenes, generando desafíos para la contratación en faenas.
En un contexto donde la minería sigue siendo uno de los pilares económicos de Chile, un reciente estudio realizado por Teamwork reveló una disminución en la participación de jóvenes de entre 19 y 28 años en la industria minera. Gonzalo Rivera, gerente general de Teamwork, explicó las causas de esta tendencia y los desafíos que enfrenta la industria para revertir la situación.
Rivera señaló que la baja participación juvenil está directamente relacionada con la disminución en las postulaciones a puestos que requieren estar en faena. “Los jóvenes hoy en día prefieren trabajos administrativos o profesionales que les permitan una mayor conexión con la vida urbana y la posibilidad de home office”, afirmó. Este alejamiento se debe, en gran parte, a que los turnos prolongados y la desconexión de las ciudades no se alinean con las expectativas de vida de las nuevas generaciones.
La investigación de Teamwork también destaca que, aunque hay interés por parte de las empresas mineras en contratar jóvenes, estas buscan candidatos con experiencia previa en faena y un alto sentido de seguridad. “En un sector donde la seguridad es primordial, las empresas prefieren minimizar riesgos potenciales que podrían derivar en accidentes laborales, lo que incrementa la dificultad de contratar a personas jóvenes, quienes generalmente son percibidas como menos experimentadas y más adversas al riesgo”.
Rivera señaló que la baja en la participación de jóvenes en la minería no es un fenómeno exclusivo de Chile. Citando un estudio de McKenzie realizado en 2023, mencionó que un 70 % de los jóvenes de entre 15 y 25 años en diversos países mineros, incluyendo Canadá y Australia, manifestó no estar dispuesto a trabajar en la minería. Además, la inscripción en carreras relacionadas con la minería disminuyó en un 63% entre 2010 y 2020 en países como Australia.
En cuanto a las soluciones para enfrentar esta problemática, Rivera destacó la importancia de programas de incentivos, como el Programa de Aprendices de SENCE, que otorga un bono correspondiente al 50 % del sueldo mínimo a las empresas que contraten jóvenes entre 15 y 25 años. Este tipo de incentivos busca promover la contratación juvenil no solo en la minería, sino en otras industrias también. Además, existen bonificaciones adicionales, como un bono de $400,000 para la formación de jóvenes, que podrían ayudar a revertir la tendencia.
Sin embargo, la clave podría estar en cambiar la percepción que las nuevas generaciones tienen de la industria. Rivera sugirió que parte de la solución reside en educar a los niños y jóvenes desde temprana edad sobre la importancia de la minería para la economía chilena y su papel en la innovación tecnológica. “Chile es un país minero, y alrededor del 15 % del PIB nacional proviene de este sector”, señaló Rivera. Añadió que la industria no solo se centra en el cobre, sino también en otros minerales como el litio, cruciales para la transición energética y la fabricación de tecnologías sostenibles.
Por lo tanto, existe una desconexión, pero también grandes oportunidades para el futuro. Los esfuerzos para mejorar la imagen de la minería y hacerla más atractiva para los jóvenes podrían ser fundamentales. Iniciativas que fomenten la innovación y la creación de productos finales, más allá de la mera extracción de minerales, también podrían contribuir a cambiar la percepción de la minería como un sector poco atractivo para las nuevas generaciones.
Mientras tanto, la industria minera enfrenta el desafío de cubrir una proyección de 34,000 nuevos puestos de trabajo para finales de la década, para los cuales, según Rivera, “hoy día no existen las personas adecuadas para poder cubrir esas vacantes”. El reto no es solo contratar más jóvenes, sino también asegurarse de que estén preparados y motivados para contribuir al crecimiento de uno de los sectores más críticos de la economía chilena.
