- Gobierno confirmó el retiro de BYD y Tsingshan de proyectos industriales del litio. El hecho tensiona la agenda con China y reaviva críticas internas.
El retiro de las empresas chinas BYD y Tsingshan de proyectos estratégicos para industrializar el litio en la Región de Antofagasta ha provocado un amplio remezón político, económico y diplomático. Mientras Corfo reafirma la continuidad de la estrategia nacional, crecen las críticas desde el Congreso, el sector minero y analistas internacionales que advierten señales preocupantes para la inversión extranjera.
El 7 de mayo, Corfo confirmó que las compañías BYD y Tsingshan, seleccionadas en 2023 para construir plantas industriales de litio en Antofagasta, se retiraron formalmente de sus proyectos. Ambas iniciativas habían sido claves en la Estrategia Nacional del Litio y contemplaban más de US$ 500 millones en inversión y más de 1.100 empleos directos.
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Según informó el Gobierno, las razones del retiro incluyen la caída global del precio del litio y factores comerciales específicos de las empresas. No obstante, las compañías habrían enfrentado también demoras en la entrega de terrenos fiscales, dificultades administrativas para constituirse legalmente y falta de certezas regulatorias.
Desde Corfo se reafirmó que otros tres proyectos siguen vigentes, y que el retiro no afecta la hoja de ruta del litio. “La estrategia continúa”, afirmó el organismo, destacando que Codelco y Enami lideran nuevas convocatorias para explorar y desarrollar salares como Maricunga y Pedernales.
Pero el caso escaló más allá del ámbito técnico. Según publicó el diario británico The Times, el retiro coincide con un contexto de tensiones acumuladas entre Chile y China, marcadas por el estancamiento de otros proyectos de inversión como la planta de vacunas de Sinovac y un observatorio astronómico chino en el norte. El medio citó a fuentes diplomáticas que describen la decisión como un “mensaje estratégico” a días de la visita del Presidente Gabriel Boric a China.
El embajador chino en Chile, Niu Qingbao, habría expresado públicamente su molestia por las trabas institucionales y la falta de garantías para inversionistas. También pidió una “investigación rápida” por el atentado a la central hidroeléctrica Rucalhue, de capitales chinos, ocurrido en abril.
Desde el mundo político, el diputado Jaime Mulet calificó la salida como una falla de gestión institucional y criticó que Corfo no haya informado al Congreso. Más enfático fue el parlamentario Juan Pablo Swett, quien acusó que “Chile está perdiendo la oportunidad de industrializar el litio por su permisología”. El periodista Juan Pablo Figueroa incluso propuso avanzar hacia una nacionalización completa del recurso.
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Desde el sector privado, un representante de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) advirtió que “si no solucionamos los cuellos de botella regulatorios, seguiremos perdiendo inversiones frente a Argentina o Bolivia”.
En paralelo, economistas apuntan a que la nacionalización parcial del litio anunciada por Boric en 2023, aunque políticamente bien evaluada, generó incertidumbre en el mundo inversor. La combinación de burocracia, inseguridad y señales cruzadas ha debilitado la percepción de Chile como socio estable en el triángulo del litio.
La visita oficial del Presidente Boric a China adquiere ahora un valor clave: recomponer confianzas, destrabar proyectos futuros y mostrar que el país aún puede ser competitivo en sectores estratégicos como el litio y las energías limpias. El desafío, según coinciden diversas voces, será transformar la ambición industrial del litio en una realidad viable.