- El colapso del sistema eléctrico dejó pérdidas millonarias en sectores clave como la minería, la industria y el comercio. Expertos advierten sobre la fragilidad del sistema y la necesidad de mayor inversión en transmisión eléctrica para evitar futuras crisis.
El martes 25 de febrero de 2025, un apagón eléctrico masivo afectó a 14 de las 16 regiones de Chile, dejando sin suministro al 98% de la población. Este corte, el peor en 15 años, paralizó temporalmente gran parte de la actividad económica nacional, con efectos inmediatos en el tránsito urbano, la banca, la minería y el comercio. La falla que originó el apagón masivo se produjo en la línea de transmisión Nueva Maitencillo-Nueva Pan de Azúcar 2×500 kV, lo que derivó en la desconexión de otros tramos del sistema eléctrico.
Impacto en la minería
El sector minero, pilar de la economía chilena, sufrió interrupciones operativas. El apagón afectó zonas mineras desde el norte hasta el centro-sur, dejando sin energía a todas las divisiones de Codelco, incluidas Chuquicamata, Andina, Salvador y El Teniente. Grandes yacimientos privados, como Escondida de BHP, también detuvieron completamente su producción durante el corte.
Las pérdidas operacionales por horas de producción detenidas fueron considerables. Cada hora de inactividad en una gran mina de cobre implica toneladas no producidas y ventas diferidas. Escondida, por ejemplo, produce en torno a 3.000 toneladas de cobre al día, lo que significa que una paralización de varias horas representa decenas de millones de dólares en pérdidas. Aunque la mayoría de las minas lograron reanudar operaciones durante la madrugada, el impacto productivo es innegable.
Pérdidas en la industria y comercio
El apagón también afectó la industria manufacturera y el comercio. Muchas plantas industriales detuvieron sus líneas de producción, generando costos por horas-hombre ociosas y reprogramación de turnos. Sectores como el cemento, la celulosa y la siderurgia enfrentaron pérdidas por interrupciones abruptas.
En el comercio, miles de tiendas, bancos y supermercados cerraron abruptamente, perdiendo una jornada completa de ventas. La Confederación del Comercio Detallista y Turismo de Chile reportó que “las MiPymes del comercio detallista sufrieron pérdidas millonarias por la paralización y la pérdida de productos perecibles”. La caída de los sistemas de pago electrónico impidió transacciones con tarjetas, agravando el impacto.
Denis Muñoz, académico de Ingeniería Comercial en UDLA Concepción, señaló que “los efectos económicos del apagón son variados y afectan a varios sectores productivos. Sectores como la gastronomía, las aerolíneas, las telecomunicaciones y las pymes ya han reportado pérdidas y dificultades operativas. En particular, los restaurantes que dependen de equipos de refrigeración y cocina eléctrica fueron fuertemente impactados en sus procesos productivos. Además, el colapso de los sistemas de pago electrónicos obligó a muchos locales a cerrar, ya que la sociedad no está acostumbrada a usar efectivo, afectando la capacidad de transacción de los consumidores”.
Costo total estimado para el país
Aunque las autoridades aún no han entregado una cifra oficial consolidada, los analistas económicos estiman que el apagón podría restar entre 0,2 y 0,5 puntos porcentuales al Imacec de febrero.
El apagón generó preocupación por posibles retrasos en exportaciones, especialmente de cobre, ya que interrumpió temporalmente la producción y la logística portuaria. Sin embargo, las mineras lograron reactivar procesos rápidamente para minimizar el impacto en los embarques.
En términos de inversión y confianza, el evento expuso vulnerabilidades en la infraestructura eléctrica del país. La Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) advirtió que “es fundamental acelerar la inversión en transmisión eléctrica para evitar fallas de esta magnitud”.
El apagón masivo del 25 de febrero evidenció la fragilidad del sistema eléctrico chileno y generó pérdidas multimillonarias en minería, industria y comercio. Si bien la recuperación fue rápida en la mayoría de los sectores, el impacto económico se reflejará en los indicadores de actividad de febrero. Este evento impulsa el debate sobre la necesidad de reforzar la infraestructura eléctrica del país para evitar que una falla en la transmisión vuelva a dejar a Chile a oscuras.