- La minera chilena Antofagasta Minerals invertirá US$3.500 millones en 2025, enfocándose en ampliar sus operaciones en Chile y Perú. El objetivo de la compañía es consolidarse entre los diez mayores productores mundiales de cobre, impulsado por proyectos clave como Nueva Centinela y la ampliación de Zaldívar.
Antofagasta Minerals, la segunda mayor productora de cobre de Chile después de la estatal Codelco, dio un paso firme hacia su meta de convertirse en uno de los diez mayores productores del metal a nivel mundial. La compañía, controlada por la familia Luksic, anunció que planea destinar alrededor de US$3.500 millones en 2025, en una de las mayores inversiones de su historia. El presidente ejecutivo, Iván Arriagada, detalló en una entrevista con Diario Financiero que estos recursos se centrarán en la expansión de sus operaciones en Chile y Perú, países estratégicos para la minera.
Para alcanzar su ambicioso objetivo, Antofagasta Minerals enfocará su estrategia en proyectos clave. En Chile, destaca el proyecto Nueva Centinela, que cuenta con una inversión total de US$4.400 millones y que sumará 144.000 toneladas de cobre equivalente anual a su capacidad productiva. La expansión no solo implica un aumento en la producción de cobre, sino también mejoras en la planta de molibdeno y el desarrollo de nuevas tecnologías, como la integración de camiones autónomos en la faena.
Además, la compañía avanza en la obtención de permisos para ampliar su mina Zaldívar, con un proyecto valorado en US$1.200 millones, que extenderá la vida útil de la mina hasta 2051. Estos esfuerzos se complementan con la reciente puesta en marcha de una planta desalinizadora. para su mina Los Pelambres, con un costo de US$2.000 millones, lo que refleja el compromiso de la empresa con la gestión sostenible del agua en un contexto de sequía prolongada en la región.
En paralelo, la minera busca expandir su presencia en Perú. Arriagada afirmó que Antofagasta Minerals evalua proyectos cupríferos en el país vecino, enfocados en yacimientos que aseguran al menos 50.000 toneladas de cobre anuales por una década o más. La compañía también asignará entre US$40 y US$50 millones anuales en trabajos de mantenimiento de sus activos en Perú, Estados Unidos y Canadá, asegurando así el buen funcionamiento de sus operaciones internacionales.
Fuera de América Latina, la empresa cuprífera tiene desafíos en Estados Unidos, donde su filial Twin Metals enfrenta obstáculos para desarrollar una mina subterránea de cobre y níquel en Minnesota. Aunque la administración Biden canceló concesiones mineras y desarrolló una moratoria de 20 años en la zona del proyecto, Arriagada reiteró que la empresa sigue comprometida con la defensa de sus derechos. El ejecutivo explicó que el desarrollo del proyecto Twin Metals no depende del gobierno de turno, sino de los procesos legales en curso.
Arriagada resaltó el valor estratégico de Twin Metals, no solo por su potencial en la producción de cobre y otros metales clave para la transición energética, sino también por su importancia para la seguridad nacional de Estados Unidos, dado el creciente interés en producir recursos minerales localmente en lugar de depender de importaciones.
Proyección hacia el futuro
El compromiso de Antofagasta Minerals con el crecimiento sostenido y la innovación tecnológica posiciona a la minera en un lugar clave dentro del sector global del cobre. La compañía, que en 2023 invirtió US$2.130 millones, espera elevar esta cifra a US$2.700 millones en 2024, y luego dar el gran salto en 2025 con los mencionados US$3.500 millones. Este plan de inversión no solo permitirá a la empresa chilena a aumentar su capacidad productiva, sino que también la acercará a su meta de consolidarse como uno de los diez principales productores de cobre a nivel mundial.
En los próximos cinco años, la minera proyecta destinar más de US$7.500 millones en inversiones locales, lo que subraya su confianza en el potencial de los recursos naturales de Chile y Perú, dos países que desempeñan un rol estratégico en la industria minera global.