- La corporación regional valora la protección ambiental, pero advierte que la Ley 21.600 y la norma MPS en Huasco endurecen permisos y elevan costos, frenando proyectos en Atacama.
La Corporación para el Desarrollo de la Región de Atacama (CORPROA) valoró la protección del patrimonio natural y de la calidad del aire, pero advirtió que las nuevas regulaciones —en particular el artículo octavo transitorio de la Ley N° 21.600 y el Anteproyecto de Norma Secundaria de Calidad del Aire para el Material Particulado Sedimentable (MPS) en la cuenca del río Huasco— “tal y como las conocemos, agudizan la problemática de la región y de la Provincia de Huasco”.
El presidente de CORPROA, Juan José Ronsecco, sostuvo que estas exigencias elevan la complejidad de la evaluación ambiental y los costos operacionales, forzando adaptaciones tecnológicas urgentes en operaciones vigentes y mayor incertidumbre para nuevos proyectos. “Los proyectos que se ubiquen en o cerca de los sitios prioritarios para la conservación deberán someterse a una evaluación de impacto ambiental más exhaustiva… y la declaración de sitios prioritarios podría gatillar ingreso obligatorio al SEIA incluso cuando la envergadura del proyecto no lo justifique en la actualidad”, señaló.
Respecto del MPS en Huasco, advirtió que fija límites estrictos en un área mayor a la actual, con efectos directos en la actividad productiva local. “No entendemos este ‘diálogo de sordos’, que por una parte viene a agilizar permisos sectoriales; y por otra rigidiza los procedimientos medioambientales, dejando en punto muerto cualquier avance logrado”, afirmó. A juicio de CORPROA, la consecuencia es un retroceso frente al objetivo de “estimular la inversión responsable” en Atacama.
Pese a las críticas, la entidad remarcó que desarrollo económico y protección ambiental no son excluyentes. Por ello llamó a las autoridades a construir “una suma de voluntades” junto al sector privado para equilibrar competitividad, inversión y resguardo ambiental en la macrozona norte. “Podemos lograr una Atacama próspera, sostenible, competitiva y ambientalmente responsable”, concluyó Ronsecco.
